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La aventura de Las Pulgas y del Baratillo

¿Dónde encontrarías un radiador de un Ford ’68 al lado de discos duros de computadoras y juguetes para niños, o una presentación de zapatos al lado de un grupo de juegos algo gastados? Todo esto se presenta en lo que en inglés se llama “mercado de pulgas.”

No se encuentran, sin embargo, pulgas a la venta. Ese no es el significado del término. Más bien, en esos mercados o ferias se encuentran cosas usadas, es decir “mordidas por pulgas,” según el uso en inglés. Sin embargo, algunos de los bienes ofrecidos son nuevos, importados o conseguidos de mayoristas. En Utah de los Estados Unidos, donde vivo, hay cada vez más de esa clase de mercados o ferias. Se establecen en parques o lotes de estacionamiento durante el verano y dentro de edificios en los inviernos crueles.

Son lugares donde se traen a revender cosas que ya no se necesitan, que se han rescatado, o que se han comprado en un precio barato que permite revender. Muchas veces se muestran en frazadas o manteles que se extienden en el suelo.

Mercado de pulgas
Mercado de pulgas

Me fascina visitar estos mercados de pulgas y encontrar, casi al azar, novedades y cosas de valor. Por ese motivo, me quedé encantada al saber del Baratillo en el Cusco, una feria que se realiza los sábados. En la prolongación de la calle Pera y la Avenida del Ejército, cerca del puente Santiago, se cierran las calles y se establecen puestos con mercaderías encima de mesas o solamente frazadas o queperinas. A veces hay una carpa que les proteje del clima. Mucha gente acude a vender sus productos tanto como mirar y comprar.

En el Baratillo hay lugar para todo. Hay ropa usada, electrodomésticos, y repuestos. De acuerdo con una página web “cuesta creer que haya suficiente palabras en el diccionario para nombrar todo lo que aquí se puede mercar: camisas, pantalones, botas, brassieres(de primer, segundo y tal vez tercer uso), utensilios de cocina, balones de gas, neumáticos, tableros, radios, botellas vacías, viejos vinilos, equipos de sonido, teléfonos móviles, cargadores, juguetes, muñecas, antigüedades, alfombras tejidas a mano, billeteras, ponchos, instrumentos musicales, artículos de camping… y, rozando . . . lo disparatado, circuitos electrónicos, cables quemados, patines, helados de fruta, bicicletas, camas, televisores y perros. Luego sigue un etcétera de elementos innombrables, inútiles a los ojos de muchos, pero perfectamente útiles para otros cuantos. Hay de todo para todos.”

Sábado, feria del Baratillo
Sábado, feria del Baratillo

Y hay más, inclusive aventuras para los que quieren comer. “Hay huevos de codornices, manjar, churros, chicha (morada y blanca), tojto, y ceviche”.

El baratillo ha cobrado una reputación entre los extranjeros. Algunos guías le nombran “mercado de contrabandistas” y sugieren que si se te han robado entre semana debes ir al baratillo los sábados para intentar encontrar lo que perdiste. Ser mercado de cosas robadas es una idea muy común para cualquier mercado que revende cosas de segunda mando también en los Estados Unidos.

Estos mercados son importantes para el funcionamiento de la economía donde quiera se encuentran. Hay gente que depende de ellos para sostenerse, tanto en Utah como en el Cusco. Además son lugares maravillosos para ir de compras o para disfrutar un poco más de un sabor bien local.

The Baratillo Market Offers All On Saturdays

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