El susto es una de las cosas que más afectan a los niños y claro a cualquier personas. Cosas tan simples–como un ruido fuerte, accidentes de alta magnitud que hacen que los músculos se contraigan–producen cambios en la presión sanguínea y en la respiración.
Cuando estamos dormidos todas estas sensaciones salen a flote y se manifiestan con saltos repentinos en la cama o de despertar de un solo golpe y hundirse en llanto sin saber que está sucediendo.
[mnky_ads id=»28246″]Todos estos casos tienen algunos remedios que se pueden utilizar, como por ejemplo esta la llamada del ánimo que generalmente lo hacen las madres a sus hijos con el pan y el huevo que absorben el susto como esponjas.
Los curanderos y las personas antiguas son los que realizan estas limpiezas, usando diferentes métodos y pasos mientras van realizando sesiones para curar el susto.
Primero sostienen el huevo, soplan dentro de sus manos dándole energía y rezando. La persona quien será curada del susto debe de estar parada con la mirada hacia el norte. Cierra los ojos y empieza la sesión frotando con el huevo desde la cabeza hacia los pies, dejando la piel de gallina.
Una vez que se ha terminado se rompe el huevo y se le pone en un vaso con agua. Se espera unos momentos y el curandero o persona antigua mira y lee lo que está viendo. Por ejemplo la yema del huevo significa el cuerpo de la persona, dentro de la clara de color blanco hay una especie de malla que rodea la yema, a ésta la consideran como el alma.
De esta manera describen como es la conexión del cuerpo con el alma y pueden visualizar si se tiene alguna enfermedad o problemas. Por otra parte se generan burbujas unas más agrandes que otras y a esto se le denomina el susto. Por último, con dos cuchillos protegen el vaso con el huevo impidiendo que éste regrese.
Una vez terminada la sesión las personas se sienten relajadas como si se hubieran quitado un peso de encima.
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