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Historias de origen de Salt Lake City y Cuzco

Algo curioso es sobre como el clima es parecido a cada lado del ecuador. Inicialmente pareciera que Utah y Perú tienen poco en común. Sin embargo unas cuantas caminatas en los Andes y Montañas Rocallosas revelan sorprendentes similitudes.

Los amarillos dorados y los marrones del Valle Sagrado en agosto, el final de la temporada de invierno para el hemisferio sur, se asemejan a los cañones secos y hermosos de Utah durante el otoño. Caminar por el Cuzco me dejó, con la extraña sensación de nunca haber salido de la tierra que me vio nacer, Utah.

Sunset Over Cuzco Mountains (Walter Coraza Morveli)
Sunset Over Cuzco Mountains (Walter Coraza Morveli)

Es que hay un parecido geográfico por sus climas montañosas aunque Cusco esté en los trópicos y Utah algo fuera. Pero es más. Ambas culturas cuentan con un fuerte fervor religioso y una creciente expansión urbana que devora los sitios anteriores de los primeros pobladores, Utes en Utah y los Incas y pre-Incas en el Perú. Aún más sorprendente es la similitud en sus historias de asentamientos. Mientras que algunos grupos en cada lado afirman brotar de la tierra, las ciudades de Salt Lake y Cuzco pretenden ser fundadas por inspiración.Utah Mountains

Una leyenda común oída en el Cuzco es que cuando los incas llegaron al valle del Huatanay buscaban un lugar para establecerse e iniciar su imperio. El gran líder Inca golpeó su bastón de oro en el suelo en lo que es el centro de Cusco y la varilla hundida en el suelo. Era un signo, un mensaje de los dioses de que este era el lugar para crear el centro de la civilización Inca. Así, la ciudad imperial nació y eventualmente se extendió formando así el imperio Chakana de cuatro partes. Se haría famoso por sus rutas comerciales y templos de piedra perfectamente esculpidos, los siguen atrayendo a gente de todo el mundo. A pesar de su actual comercialización y del turismo vertiginoso, muchos afirman que las delgadas calles laterales del Cuzco aún mantienen un magnetismo que enlazan con la vara de oro del Inca.

Salt Lake City, aunque claramente no tan mundialmente significativo como el Cuzco, tiene un comienzo similar. Al buscar una tierra segura para establecerse y desarrollar su vida social-religioso única el líder mormón Brigham Young, al ver el valle del Lago Salado, creyó que era el lugar que había visto en una visión y exclamó «¡Este es el lugar!»

Numerosos colonos pioneros cruzaron las extensas pampas norteamericanas para llegar a lo que se sentía era un valle sagrado para «hacer que el desierto florezca como una rosa». Hoy un gran monumento, justo donde desemboca el Cañón de la Emigración, recuerda ese momento crucial en la historia del oeste norteamericano. La ciudad de Salt Lake se centra en una gran plaza llamada la manzana del templo. En si se parece a la plaza de armas del Cusco y sus iglesias. La plaza del templo sirve como punto de orientación para el sistema vial de la ciudad y establece una fusión de influencias religiosas y comerciales.

Muchos extranjeros siguen reuniéndose en estos centros de la ciudad por razones religiosas o económicas, a veces por ambas. La nostalgia por su carácter sagrado, por su sentido de rectitud cuando se busca un lugar para arraigarse propaga cada vez más las leyendas de sus orígenes sean mormones o incaicos.

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