Año tras año la navidad extiende sus luces y oraciones por el nacimiento del niño Jesús con el fin de unir a las familias y propagar el amor los unos con los otros. La navidad es la festividad que tiene más significado, ya que en ella celebramos como el Dios todo poderoso se hizo hombre para habitar entre nosotros con la intención de redimir al mundo y librarnos del pecado. Las fiestas religiosas y folclóricas, las misas de gallo, los villancicos, los nacimientos, chocolates, juguetes, los obsequios humildes, los buñuelos, etc; dan vida a esta grande fiesta.
En estos días festivos es cuando uno se pone a pensar que mientras unos tenemos una feliz navidad otros no, ya sea porque nuestra economía no nos los permite o porque la familia está muy lejos o en el peor de lo casos hayamos perdido a alguien muy amado.
Una de las mas bellas costumbres en esta fiesta es visitar los nacimientos en las diferentes plazas de la ciudad. Un paraje adornado alrededor de la sagrada familia, creada por San Francisco de Asís para su adoración. Las familias cristianas se esmeran para construir sus nacimientos, incluso algunos lo hacen tan grandes que abarcan habitaciones enteras con diferentes adornos, ángeles, luces, colores, animales, etc.
En estos días festivos una vez me contaron sobre un hermoso nacimiento que tenía a un niño cordero, ubicado no muy lejos de la ciudad. Dicho nacimiento estaba acogido en una casa pequeña y rústica. Lo más curioso de este nacimiento es que tenía en el pesebre un corderito con la cara de un niño muy hermoso. Al pregúntale al jefe de la familia que vivía aquí el porqué del niño en forma de cordero este les conto que un dia lo encontró en las faldas del cerro mientras araba su terreno para el sembrío, para el que siempre leía la biblia este echo era una revelación divina, por esa razón lo llevo a su casa y comenzó a venerarlo como un auténtico Niño Dios.
Pero lo que hizo que este hombre creyera más en esta revelación fueron los milagros futuros que él y su familia experimentaron, a la par del echo las semillas que había sembrado comenzaron a germinar más rápido de lo normal en sus tierras pedregosas. Por esta razón desde entonces se dice que esa casa humilde de aquel cerrito, Jesús nació como Codero que quitara los pecados del mundo.
