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Vive la experiencia de viajar en el tiempo a través de la arcilla

Centro Cultural de cerámica «Qarmencá», es el centro de interpretación de la cerámica en Cusco, ahí se vive el proceso de elaboración, el amasado, la mezcla y la combinación de elementos.

Todas las personas que quieren relacionarse con la tierra y los demás elementos naturales, llegan a este taller ubicado en el barrio tradicional de Santa Ana, donde hace 700 A.C, era una de las primeras culturas de America que se instaló en sus colinas, su nombre era ChanaPata, luego de la llegada de los Incas todo este sector pasó a llamarse Qarmenca, este barrio y su historia, se encuentra a 15 minutos de la Plaza de Armas del Cusco.

Santa Ana, es cuna de ceramistas y así es conocido por que allí se hallaron fragmentos de cerámica, piezas pertenecientes a las diferentes culturas de nuestro antiguo Perú, Nazca, Moche, Chachapoyas, Wari, entre otras.

Todos esos fragmentos se encuentran en los diferentes museos del Cusco, en esos tiempos por la unión de los caminos se realizaba el trueque y gracias a ellos pudieron llegar piezas de diferentes lugares y culturas,

Ahí creció Máximo Champi Palomino, enérgico, luchador, ingenioso y honesto, quien se apasiono por el arte de la cerámica ancestral desde los 6 años de edad, influenciado por sus padres quienes lo vieron jugar y formar objetos con arcilla desde muy pequeño, ya que, en su casa donde ahora también es su taller, encontraron un poco de arcilla, la materia prima con la cual trabaja y disfruta hasta ahora, creando objetos y dándole diferentes formas a la arcilla con inspiración ancestral.

Máximo Champi Palomino, docente de la escuela de Bellas Artes, realiza un taller de ceramica en el Centro Cultural de la ceramica (Foto: Walter Coraza Morveli)

Máximo Cuenta, que Construyendo su taller, descubrió un fragmento de la cultura Chanapata y fue ahí donde quedó impactado por la magia de este arte ancestral, es una experiencia inolvidable de un viaje al pasado, porque he aprendido que desde ahí viene el vínculo de la inspiración.

“Dice que su vida cambió bastante desde que tuvo contacto con la arcilla”.

En el 2007 después de salir del colegio, estudié cerámica en el CETPRO Juan Tomas Tuiro Tupac, ubicado en la Calle, Siete Cuartones N° 205, luego postule a la escuela de Bellas Artes, logre mi ingreso a la carrera de Educación Artística, ahí fue donde me gusto mucho mas este arte, gracias a los maestros aprendí nuevas técnicas y formas de cómo trabajar. Al realizar mi tesis, agarre el tema del desarrollo de la creatividad mediante el uso de la arcilla, todo lo investigado lo he venido aplicado con mis alumnos, al ver como ellos, realizaban cosas fascinantes utilizando las técnicas aprendidas, me di cuenta que enseñando uno aprende más y la inspiración crece aún más.

En su taller se puede observar cosas muy interesantes, antigüedades combinado con arte moderno, una TV, un equipo de sonido y sus trabajos artísticos decorando el lugar, pinturas elaboradas por sus compañeros de bellas artes, obtenidas por intercambio de trabajo, 2 mesas de madera grandes que ocupa la parte del medio, tres sillas y dos bancas largas que te invitan a crear y aprender sobre la cerámica, en un rincón se observa sus moldes elaborados por el mismo.

También se puede ver andamios de metal de 3 y 4 niveles, donde expone sus propias creaciones, vasijas silbadoras, jarrones, incienceros, adornos, flautas y más cosas interesantes que te conectan con el arte ancestral. En una esquina del taller unos 7 mandiles cuelgan de un perchero, con eso trabaja y comparte en la elaboración de sus piezas artísticas, al frente de los mandiles está un gran mural con la imagen de Wiracocha y el nombre de la galería taller.

Uno de sus ultimas colecciones de sus trabajos en cerámica, Mascara de la danza los Saqras, elaborado para la decoración de un restaurante típico de la ciudad del Cusco. (foto: Walter Coraza Morveli)

El Maestro Maximo con una sonrisa y con sus manos en pleno trabajo de elaboración, habla de la armonía y la alegría que prevalece siempre en su taller.

Ya llevo trabajando 7 años en este espacio mágico, ahí recibo a mis estudiantes que llegan de diferentes lugares y naciones, ahí compartimos todo lo relacionado con el proceso de la cerámica.

Ahora estoy con la investigación de los sonidos ancestrales, ya que la música y los sonidos son parte de la vida, es una terapia para el cuerpo, mente y espíritu.

En este proceso estoy elaborando flautas dobles y triples, vasijas silbadoras, huacos silbadores, silbatos con formas de aves, de papas, de choclos, todo inspirado en la naturaleza.

Mientras amasa la arcilla y transmite su arte, habla de lo gratificante que es darle vida a la arcilla.

En mis trabajos realizados puedo transmitir sensaciones y emociones, es realmente increíble, a la gente le gusta mucho y compran bastante mis creaciones, ya sean para las ceremonias andinas, meditaciones, adornos o para que jueguen los niños.

Ahora en medio de esta pandemia (covid 19) estoy con los talleres virtuales para la Universidad de Bellas Artes,

Son una serie de sesiones que consiste en enseñar el proceso de preparación de pasta de arcilla, proceso de elaboración con técnica ancestral, proceso de decoración, pre cocción, post cocción y proceso de cocción, también enseñó la fabricación de herramientas para la elaboración y decoración de la cerámica.

Los insumos básicos son la pasta de arcilla, como desengrasantes, arena Chamota, piedra pizarra, marmotina, mientras más desengrasantes le metes, puede resistir niveles extremadamente altos de temperatura en el horno.

También habla, que la cerámica te conecta con la esencia de la tierra, ya que la arcilla es lo más puro que existe.

Mi búsqueda de pastas de arcilla, me llevó a distintos lugares de la región del Cusco, Chinchero, la Zona X, Sacsayhuaman, San Jerónimo, San Sebastián y Poroy.

En estos lugares encontré lo que ahora llamo, mis minas de arcilla, aprendí que colores de la arcilla varían según su descomposición orgánica, raíces y plantas, hay de color amarillo, verde, marrón, morado, plomo. Afirma también que todo ceramista tiene que tener sus puntos de extracción y para eso se realiza la búsqueda.

Máximo recomienda la arcilla de San Jerónimo en Cusco y dice que le funciona bastante bien.

Esa arcilla es extraída de ochenta metros bajo tierra, uno tiene que conocer la base de todo “la arcilla” es lo más importante, luego ya viene el proceso y la técnica.

Nos cuenta que lo más gracioso y reconfortante que le viene pasando como artista, es que siempre las piezas que elabora se venden.

Terminando con el proceso de pintado de una pieza a base de arcilla «la Llama silbadora con sonidos ancestrales»

Desde muy pequeño, mientras estudiaba en la escuela, producía objetos y los vendía en las diferentes calles de la ciudad del Cusco, recuerdo que en momentos tenía que cambiar de lugar en lugar, porque los policías municipales nos paraban botando. En el transcurso de mi vida, aprendí muchísimo del arte en general, ya que compartía momentos, con artistas que ofrecían su arte al público en las calles, ellos siempre me motivaban a seguir porque les gustaba lo que hacía y como lo hacía.

También habla que le gusta el arte con la arcilla, porque es cultivar costumbres y creencias, es hacer que nuestras raíces sigan latiendo con fuerza y pasión en el tiempo.

Las sesiones que se imparte en el Centro Cultural de cerámica «Qarmencá» , consiste en adquirir una experiencia de viajar al pasado, con el propósito de aprender el proceso de la elaboración y decoración de la cerámica.

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