Adentrarnos a la frescura de las frutas de temporada que llegan a nuestra ciudad imperial del Cusco, es entender los detalles de los sabores y aromas que levantan sensaciones de llevarte una fruta a la boca. En estos meses de celebración–mayo, junio y julio–cuando la mayoría de las personas salen en grupos de familia o amigos a ser parte de las fiestas de Corpus Christi, del Inti Raymi y de las fiestas patrias, es fácil encontrar en las calles a las vendedoras ambulantes empujando sus carretillas y ofreciéndonos coco, caña, granada y chirimoya.
Con la llegada del calor intenso de esta temporada las personas locales y visitantes están al acecho de endulzar y refrescar el paladar con estas apetecibles frutas.
Caminando desde la plaza San Francisco hasta el mercado de San Pedro, uno puede encontrar estas cuatro frutas en las calles sin necesidad de buscarlas en los súper mercados o en los mercados tradicionales.
En estos meses de fiestas, estas frutas entran en competencia, ya que bastante gente lo pide. Su valor económico varía según al tamaño, las chirimoyas grandes llegan a costar el kilo a siete soles, mientras que las pequeñas alcanzan hasta cinco soles el kilo. También lo venden por unidad según al peso. De las misma forma pasa con las granadas. Los grandes alcanzan a costar hasta cinco soles el kilo y las pequeñas a cuatro soles el kilo.
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Me gusta sentir la suavidad y dulzura de una chirimoya en el paladar. Es refrescante, dulce y delicada cuando lo tienes en la boca. Siempre que me encuentro con una vendedora ambulante ofreciendo este fruto se me viene esa sensación dulce al paladar.
El sabor de la granada también es dulce pero tiene una acides que se vuelve agradable a medida que vas comiendo. Cuando partes la granada se ve a simple vista unas incontables y brillantes pepitas rojas jugosas. Puedes pasarte una hora por lo menos comiendo pepa por pepa y es rica porque su jugo envuelve todo el paladar.
El precio de la caña varía según al grosor y al tamaño, lo venden por varas, sin pelar. Hay desde tres soles a más. Pero también lo venden a un sol en pequeñas bolsas plásticas transparentes ya peladas y tajadas, listas para hidratarnos con dulzura a cada paso.
El coco lo vende entero, su precio va según a su tamaño, hay de dos y tres soles. También venden solo su agua, el vaso cuesta a un sol con cincuenta céntimos, las cocadas del coco rallado y horneado también salen a la venta en las pequeñas bolsitas trasparentes. Vienen cinco unidades circulares del tamaño de un galleta pequeña. Esta bolsita cuesta a un sol.
Recuerdo años atrás en esta temporada, mi padre siempre llegaba a casa con cinco cocos y cinco bastones de caña para toda la familia. Mi madre, padre, hermano mayor, hermana menor y yo nos juntábamos ese fin de semana, entre risas y platicas extensas para disfrutar de estos frutos naturales.
Es inevitable no probar de los frutos que llegan al Cusco y que la tierra nos ofrece bondadosa en esta temporada.
