Se Celebra Inti Raymi con Huatia en Cusco
Ayer, las alturas del Cusco, de Saqsayhuaman para el sur, se llenaban de familias que buscaban un sitio para armar un horno de terrones, kurpas como se dicen acá, y pasar el día en el aire libre. Otros se aprovechaban de la aglomeración de gente para hacer comercio.
Cerca del santuario del gran sitio Incaico en que se realizaba el Inti Raymi, se llenaba la zona de familias, cada una al lado de su horno. El aire se llenaba de humo y un aire festivo.
Esa es la dualidad del Inti Raymi, por un lado la gran escenificación y cruzando la pista que es la continuación de la circunvalación, se celebra una buena huateada como la culminación de los días del Cusco. La dramatización del festival Inca se basa en las memorias del Inca Garcilaso de la Vega. Según recuerdo, él también describe como la gente acudía a las fiestas y preparaba y comía lo mismo, sólo que cada persona en su familia y comunidad.
Es eso que se celebra al lado Inti Raymi esplendoroso, el preparar y comer lo mismo al lado de mucha gente.
Se llenan los cerros y campos de ese lado de Cusco para Inti Raymi. Encuentras a personas por todos lados balanceando las kurpas delicadamente para hacer el arco de la puerta y luego la bóveda del horno. Así también ves a gente caminar por el campo en busca de leña y luego estar al lado de su horno mientras se caliente, las papas expuestos al sol al lado.
Luego, cuando esté bien caldeado, como se dice acá, se colocan las papas y se tumba la bóveda, seguido por más papas u otros tubérculos hasta que se baje todo el horno para cubrir bien los productos comestibles. Se echa tierra encima para tapar cualquier agujero que permita que se escape el humo.
Ahora se calcula cuidadosamente cuánto tiempo hay que dejar todo adentro antes de escarbar y sacar las papas y más.
Hasta mientras, la gente habla, escucha música, y juega para que pase el tiempo mientras ellos celebran la comunidad de su familia y o amigos.
Esto es tal vez más importante en la vida ordinaria que el Inti Raymi aunque no está jerarquizado ni mediatizado todavía. Comer papas calientes y cocidas, salidas de la tierra, con algo de uchukuta, el ají molido, es celebrar el 24 en el Cusco y así honrar su ciudad, su identidad y el sol.