Marcado para siempre en la memoria de peruanos jóvenes y mayores, dos de los escritores más grandes del país dejaron esta vida el 15 y 16 de abril y crearon aniversarios sucesivos.
César Vallejo, cuyos versos laten dentro de cada peruano y perviven en el lenguaje de todos los días, murió en Paris en un día como ayer de 1938. Sus poemas se adueñaron del imaginario de la vida y de la devoción peruana mientras desafiaron los límites del idioma y de la convención. Encontraron energía y vida nueva, como lo hacen siempre cuando se recitan y cuando encuentran un nuevo lector.
Mientras Vallejo pasó una buena parte de su vida adulta en exilio de su Perú, José Carlos Mariátegui alcanzó seguir caminando sus calles y cuestionando su realidad mientras buscaba justicia social y llevaba a cabo uno de los análisis más penetrantes del Perú a pesar de su juventud relativa.
A Mariátegui le atribuyen la formación del Partido Comunista que fue poderoso y aún sigue la lucha en el Perú. Sus ideas y su imagen desafían todavía a los líderes e intelectuales de sus país dado su vuelco por el neoliberalismo, tal como la obra de Mariátegui inquietaba a los señores terratentientes poderosos quienes gobernaban Perú en aquel entonces. Mariátegui murió en Lima el 16 de abril de 1930.
Ambos escritores abandonaron esta vida mientras eran todavía jóvenes y así iluminan el poder y habilidad de la juventud peruana y el dinamismo de su alma.
