Lo ordinario y la fiesta en Cusco

El tiempo ordinario está regresando al Cusco. La época de fiestas, cuando la ciudad irrumpe en ritual y celebración está casi terminada; sus últimos momentos están en proceso. La ciudad así regresa a su vida más cotidiana.
La gente va a su trabajo y a la escuela. Jugaran al fútbol, pasearán por el mall, mirarán Buscando a Dory, Día del Independencia, o Tortugas Ninja 2. Es decir hará como la gente en las mayoría de las ciudades del mundo.
Sin embargo, Cusco seguirá con sus propios ritmos, su propia mezcla del español y el quechua, y su propia comida. Mucho de eso pasara sin que la gente sea consciente del hecho, salvo cuando trata de las piedras incaicas y cuando los cusqueños tiene que explicar su realidad a los turistas.

En cuenta de definir esas diferencias ordinarias, aquí quiero hablar de lo que acaba de pasar, es decir las fiestas.
En inglés ya no se tiene una palabra que traduce fiestas. Se ha perdido. La palabra de las mismas raíces es feast. Esa locución puede describir la celebración o el día especial de un santo, como se realizó en las fiestas con Corpus Christi. Sin embargo su sentido dominante se refiere a una comida grande o especial como la que comen los musulmanes durante Ramadan. También pueden valerse los angloparlantes de una palabra de origen francés, fête, que significa honrar a alguien, como cuando cumple años. De eso se derivan do palabras más, festival y party.

En inglés, un festival me es cuando aparecen en un parque un montón de carpas con vendedores y hay un escenario con música amplificada y otras actuaciones. La gente pasea por allí, compran, comen, miran, y escuchan. Un party más bien es un momento cuando la gente se junta para disfrutar de estar juntos, a veces comen y más que nada toman, se ríen, y, más que nada, están juntos. Cuando los bares u organizadores privados hacen parties tienes mucha música y mucha bebida. Empero, esos no son eventos públicos; son privados aunque asista mucha gente.
En el Cusco las fiestas son públicas. Son organizadas por cierto por combinaciones de organizaciones, públicas y privadas, aunque al centro hay EMUFEC, la empresa municipal de festejos quien está encargada por la municipalidad de organizarlos. También puede encargarse la iglesia, pero conjunto con EMUFEC . En otras palabras, son eventos planeados y con guión que se desarrollan mediante muchas conversaciones y reuniones, tanto como tareas.

La parte principal implica el apoderarse de espacio público, tal como la Plaza de Armas y a veces muchas calles. Mientras los parties y los festivales son privados en mi experiencia, las fiestas son públicas masivamente. En su centro ritual implican dramas, argumentos, símbolos, e historias de lo que es el público y de cómo debe ser. Son celebraciones de la solemnidad de lo público.
Se realizan de acuerdo con un calendario ritual y muchas veces son feriados declarados, o cuentan con un feriado en el centro de toda su actividad. Esos son días en que el trabajo formal para y la gente entra a un espacio ritual.
Además, durante las fiesta la gente come, bebe, y baila en público—sea como individuos, parejas, o comparsas. En eso se construye la masa pública.
Finalmente, en ellas y sobre todo en sus franjas se encuentra una irrupción de lo juguetón y a veces hasta peligroso dentro de la fiesta y de lo ordinario, lo que Bakhtin llama carnavalesco. Es aquí donde la fiesta se asemeja más a un party, y eso incluye una presencia policial fuerte para limitar y controlar cualquier subversión.
Sin embargo, una fiesta, con su mezcla de lo solemne y lo profano, sagrado y vulgar ( como ejemplo, la borrachera pública y el orinar en las calles o los muros incaicos—cosas protestadas por los cusqueños de clase media y alta estos días) rompe la norma cotidiana.
A la vez, uno tiene que ver como el ordinario procura capturar la fiesta y encerrarla en el mundo de comercio capitalista. Por ejemplo podemos ver como el mall, el Real Plaza del Cusco procura incluir la fiesta en el dominio de comercio y consumo. Desea que lo festivo sea una característica de los sueños que se ofrecen allí a un color que los especialistas en marketing tienen para pintar con drama y solemnidad, con efervescencia y vitalidad lo que so ofrece. El marketing quiere tenerlo para sí mismo, y solamente para sí.
En combinación, la fiesta y lo cotidiano combinan para elaborar la vida de los cusqueños, aunque la palabra fiesta no se encuentre en el inglés, lo cual dificulta su comprensión de las fiestas o les tiñe de romanticismo Anglosajón.