Disfruta de unas Habas Saladas al paso
¿Te gustaría deleitarte de unas agradables habas tostadas para calmar el hambre en cualquier momento?
A quien no. Por el rico sabor que tiene este nutritivo cereal, hace que la gente opte por comerlo siempre.
Se vende por las diferentes calles tradicionales de nuestro Cusco querido, en las tiendas, supermercados y de forma ambulatoria, siempre se hace presente esta tentadora opción ya sea con alguna marca o de forma artesanal sin marca.
Normalmente la gente que viene de otras provincias de Cusco, niños y personas adultas llegan con el fin de vender sus productos extraídos de la madre tierra, las habas saladas son los piqueros que a la gente le gusta comprar ya que lo pueden consumir al paso, esta rica opción de piqueo se exhibe en pequeñas y delgadas bolsitas plásticas de color transparente y se encuentra en cualquier esquina de las calles.
Mientras la gente va pasando la compran para darse un gusto y de paso para matar el hambre.
Hay dos tipos de habas que sacan a la venta a diario, las habas saladas y las habas tostadas sin sal ni aceite, estas son preparadas de forma artesanal en un fogón (cocina hecha de barro).
Las habas saladas antes de su preparación se pelan y luego pasan a hacer freídas agregándoles un poco de sal al gusto.
En cambio, las habas tostadas, son cocidas y tostadas sin sacar la cáscara, estas quedan con las cáscaras casi quemadas y reventadas, pero cuando las abres son una real delicia, su sabor natural de este cereal y su textura dura, es como un caramelo sin el dulzor intenso.
Para realizar ambas preparaciones los pobladores hacen secar las habas durante un aproximado de tres meses. En el mes de noviembre ya empiezan a sembrar este alimento y lo cosechan en el tiempo de helada que inicia a mediados de marzo.
Para hacer secar las habas, la gente lo cosecha cortando desde sus tallos, con sus propias cáscaras y con sus ramas incluidas, luego lo arman de forma parada o piramidal por montones, para que así cumpla con su tiempo de secado.
Después lo trasladan a un lugar plano y duro, para que los caballos hagan el trabajo de pisarlas. Finalmente, una vez que los caballos cumplen con su trabajo, la gente pasa a escoger el fruto con la ayuda del viento.
Con mucho esfuerzo y lleno de cariño, nuestros agricultores cosechan este delicioso cereal que ya es una opción muy sugerida en el Cusco. Probarlo es enriquecerse de placer natural. Ya sea en algún plato o bien tostadas o fritas.