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El perro negro de ojos rojos: Un guía hacia la muerte o un gran tesoro

Cuenta mi abuela que un señor que vivía en la provincia de Vilcabamba. Un curandero muy pobre, al cual la gente siempre ignoraba y nunca consideraban en las fiestas que realizaban. Un día se convirtió en un hombre rico, todos se preguntaban qué es lo que había pasado, pero él nunca hablaba sobre el tema, y ahora que era rico, todos querían ser sus amigos. Éste señor cuando ya estaba muy viejito, reveló su secreto a mi abuela y esta es su historia:

Un día cerca a las 6 de la tarde cuando él se dirigía caminado a su casa , de repente se le apareció un perro muy grande de color negro y lo que más le llamo la atención fue que tenía los ojos muy rojos , le dio mucho miedo y en quechua le decía «llocsi llocsi», que quiere decir fuera, fuera, pero el perro se a cercaba más y más a él sin hacer sonido alguno.

Cuando el hombre intentaba echarse a correr, el perro muy amistoso se le acercó, pues como sí lo conociera quería que lo acaricien, el hombre se enterneció con él y lo acarició. Es cuando de pronto sintió como si escuchara lo que el perro quería decirle, pues el perro quería que lo siguiera. Era como si lo hubiera hipnotizado con esos enormes ojos rojos, y él no tenía más voluntad propia. Así que solo le quedaba seguirlo, poco a poco se iban alejando más y más del pueblo, cuando de repente llegaron a un lugar donde ya no había ninguna casa y si él recordaba bien, ese camino conducía a un risco muy alto y peligroso, en su inconsciente sabía que tenía que detenerse, más el cuerpo no le respondía, de pronto el perro salto al risco y él detrás.

Por la caída él se desmayó y se quedó allí hasta el día siguiente. Esa noche tuvo un sueño muy extraño, en el sueño se le apareció un hombre muy anciano que tenía los ojos tan rojos como el perro negro y le dijo: «eres un hombre fuerte, lograste sobrevivir a la caída en este risco, no muchos lo logran, por lo tanto al despertar debes volver a tu casa y traer un cuchillo hasta este lugar y clavarlo dentro de la tierra muy profundo y marcharte a casa, al día siguiente debes volver a escavar donde dejaste el cuchillo, allí encontraras la dicha para ti».

Cuando el hombre despertó y vio que había caído desde risco, no recordaba cómo había llegado a ese lugar, vió que tenía muchas heridas en el cuerpo. Se levantó muy adolorido y de pronto recordó lo que había soñado, le parecía increíble que fuera cierto, regresó a casa, curo su heridas con plantas medicinales, cogió un cuchillo de la cocina y aún con dolores en el cuerpo regresó a aquel risco y enterró el cuchillo tal y como le indicó el anciano en su sueño. Concluido esto volvió a su casa a descansar y recuperarse, al fin y al cavo nadie había notado lo que le había pasado, pues a nadie él les importaba. Pasado ese día y con mucha curiosidad el hombre decidió volver a ver si era cierto lo que le dijo el anciano, al regresar al lugar escarbó y encontró monedas de oro. Ésto era el gran tesoro que custodiaba el gran perro de ojos rojos.

Es así como este hombre pobre y despreciado por los demás se convirtió en un hombre rico y lleno de mucha dicha. Bien, ése perro negro te guía hacía tu muerte o hacía tu dicha.

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