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Los niños jugadores guían y crean pasión y fertilidad en Qoyllur Rit’i

Juego, como del viento que silba alrededor de un pico nevado, o de dos niños dando vueltas en la nieve o sobre pasto, parece ser importante para cualquier comprensión del gran peregrinaje a Qoyllur Rit’i cuyo día central se celebra hoy.

El peregrinaje atrae a peregrinos de toda la región peruana sur andina y aun de diferentes países. Se organiza alrededor de los que suben en grupos establecidos, a saber comparsas de danzantes, naciones (ciudades, comunidades), tanto como los que vienen en grupos diferentes como los tours turísticos. Además cuenta con la hermandad, la confraternidad guiada por los jesuitas que procura controlar los eventos. Luego suben un número grande de individuos, familias de peregrinos y comerciantes quienes van al santuario.

Es un abanico de actividades y movimientos los cuales desafían la habilidad de los analistas de juntar en un solo marco tanto como desafía la habilidad de los jesuitas y la fraternidad de poder ejerce un control organizado. Es una miríada.

Sin embargo dentro de esa miríada se encuentran movimientos y senderos, como él que sube y baja.

Uno de esos movimientos y senderos es la idea del juego. Carnaval, el período intenso de crecimiento y fertilidad se conoce en Quechua como puqllay, lo cual se aparea por lo general con la palabra española de juego y la inglesa de play. Dentro de la ciudad, es un momento en que los jóvenes mujeres y hombres luchan las unas con los otros en una guerra abierta con baldes de agua, globos llenos y chisguetes, o de adultos quienes danzan en parejas alrededor de un árbol repleto con regalos hasta que una de ellas lo tumba con un hachetazo.

Ofreciendo Sueños a los que quieren Jugar (Walter Coraza Morveli)
Ofreciendo Sueños a los que quieren Jugar (Walter Coraza Morveli)

En Qoyllur Rit’i se dice que los dos héroes del mito de origen sagrado perteneciente al lugar y que figura dentro, como muchos otros mitos de origen andinos, es de dos niños quienes juegan en la montaña.

Son diferentes, aunque ambos son niños. El uno es humano aunque fuera de su comunidad, de la humanidad, y es además una persona que aún no pasa por la pubertad y el volverse un adulto. El otro es un ser telúrico que representa el poder de fertilidad de la montaña que se extiende entre cielo y tierra.

Este cuento se parece a los mitos amazónicos de niños no iniciados quienes son tomados por poderes de la tierra. Una analogía de similitud se establece en el cuento de Qoyllur Rit’i entre los dos niños y entres esas dos realidades, la humana y la de la montaña con su glacial centelleante como una estrella en sky.

También es como mucho cuentos donde la estrella baja del cielo y entrega a la gente comida, o como cuando un zorro va al cielo y come el banquete celestial hasta que esté por explotar de tanta gula. Al bajar de vuelta a la tierra efectivamente explota y así entrega a la gente la comida celestial.

Construyendo Casas y Departamentos con Piedras en Miniaturas (Hebert Huamani Jara)
Construyendo Casas y Departamentos con Piedras en Miniaturas (Hebert Huamani Jara)

Esa combinación en juego de la montaña y el niño humano me parece la clave de Qoyllur Rit’i y es su central camino, ñan, del movimiento del peregrinaje.

A menudo se dice que los dos niños bailaban en la altura una danza que algunas naciones todavía llevan a cabo; el wayri ch’unchu. Los de altura representan a los selváticos y eso forma la base de todas las danzas llamadas ch’unchu en sus formas diferentes. La idea de los selváticos en las cumbres de altura entre zonas, es decir entre la Amazonía y el nevado de Ausangate se representa en otro juego, lucha, entre dos deidades del Huarochirí. En ese cuento una vence al otro y le manda a las tierras bajas selváticas mientras el vencedor resguarda las abras para que no pueda volver el dios vencido.

Así se toma otro tema del Qoyllur Rit’i, el de la lucha entre los ukukus y los machulas o, según algunos, los condenados, los cuales pierden año tras año. En este caso los vencidos no vienen de las tierras bajas sino del mundo de los muertos, un lugar asociado fuertemente con las tierras bajas en los cuentos del Huarochirí y a través de los andes.

El Ukuku Controlando el Universo (Walter Coraza Morveli)
El Ukuku Controlando el Universo (Walter Coraza Morveli)

Mientras el juego y la lucha son importantes en muchas danzas del Qoyllur Rit’i, se recrean también en una explanada con los peregrinos vienen a jugar a tener los que desean. Muchos se quejan que este ritual, al cual también llaman alasitas, que no pertenece a Qoyllur Rot’i porque es una tradición altiplánica que pertenece más a Copacabana. Sin embargo es muy importante para los que buscan bienestar y fertilidad económica en una economía capitalista y no la sociedad de pueblos y comunidades en que se creó Qoyllur Rit’i no hace mucho, de acuerdo con los investigadores.

Se obtienen lo que desean obtener, sean bienes, estatus, o experiencias al comprarlos o a hacer que se les regalen. Los hacen bendecir y luego pasan tiempo jugando a tenerlos. Toda esta lucha por conseguir posición y bienestar en una sociedad capitalista, también figura en la noción de puqllay.

Como resultado, la historia de los dos niños jugando cerca del glacial gobierna aun sus actividades. Aunque clave, no se encuentran representaciones de ellos en forma visual dentro del juego de imágenes de Qoyllur Rit’i. Estas se dominan por la imagen del Cristo maduro en la cruz que se pintó en la roca, donde desaparecieron los dos niños, cerca de la mitad del siglo pasado como parte de los esfuerzos de las élites de controlar el peregrinaje. Aun así esa imagen se escapa de sus habilidades de controlar.

Sin embargo, es difícil comprender la imagen del Cristo crucificado y su relación con las danzas y el campo de puqllay cerca de Qollquepunku, la puerta plateada, sin valerse de la idea de los niños en juego.

Hoy es el día central de la fiesta de Qoyllur Rit’i. Los peregrinos ya están volviendo y el jueves las comparsas de danzas de la ciudad del Cusco estarán de vuelta y participarán en la gran procesión alrededor de la plaza de Armas. Traen consigo la fertilidad de los dos niños jugando a los cusqueños en este momento en que las lluvias se transforman en días soleados y noches heladas y cuando el cuerpo de Cristo, representado por la santa hostia, en procesión prometedora y ominosa con multiplicidad de sonidos y actividad casi imposible de imaginarse. Los vientos de la lluvia devuelven los vientos secos de agosto cuando la tierra se seca y se abre.

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