Salud

Tecnología andina salva la vida a niños

Me llamó la atención el encabezado. Clamaba en inglés que las mujeres bolivianos tejen repuestos para corazones. Al leer más, me di cuenta de que no era un verdadero «tejido con palos», sino un antiguo entrelazado !. El problema físico a que responde es uno de los defectos congénitos del corazón que necesita ser tratados con algún tipo de oclusión, en lugar de emplear cirugía a corazón abierto, lo cual es caro y puede tener implicaciones negativas para el “alma” de una persona, de acuerdo con algunas tradiciones, según lo que reportó el BBC. (Referencia)

Según la ONG Heart to Heart International Children’s Alliance “En el continente de Sudamérica, 65.000 bebés nacen anualmente con defectos cardíacos congénitos.» Las malformaciones cardiovasculares congénitas son comunes en altura. Por ejemplo, el ductus arterioso persistente es 15 veces más frecuente en Cerro de Pasco que al nivel del mar en Lima. (Medicina de Altas Altitudes y Fisiología 5E John B. West, Robert B. Schoene, Andrew M. Luks, James S. Milledge)

Los defectos cardíacos congénitos incluyen defectos simples, como un agujero en el tabique (la pared que divide las cámaras del corazón) o una estructura abierta, llamada el conducto arterioso, que no se cierra correctamente después del nacimiento. Las aperturas cambian como fluye la sangre a través del corazón y hacia el resto del cuerpo.

El primer defecto es un problema dentro del corazón. Según el Instituto Nacional del Corazón y el Pulmón de los Estados Unidos, «El corazón tiene dos mitades, separadas por una pared interior llamada septo. Con cada latido del corazón, la mitad derecha del corazón recibe sangre del cuerpo que está pobre en oxígeno y la bombea a los pulmones. La mitad izquierda del corazón recibe sangre rica en oxígeno de los pulmones y la bombea al cuerpo. El tabique evita la mezcla de sangre entre los dos lados del corazón. Sin embargo, algunos bebés nacen con agujeros en el tabique superior o inferior.» (Referencia)

Un segundo problema, pero relacionado, es el del ductus arterioso persistente. El ductus arterioso es un vaso sanguíneo normal que conecta dos arterias principales – la aorta y la arteria pulmonar – los cuales llevan la sangre lejos del corazón en un feto en desarrollo.

«Los pulmones no se usan mientras un feto está en el útero porque el bebé recibe oxígeno directamente de la placenta de la madre. El ductus arterioso desvía la sangre de los pulmones y la envía directamente al cuerpo. Cuando un recién nacido respira y comienza a usar los pulmones, el ductus ya no es necesario y por lo general se cierra durante los primeros dos días después del nacimiento.» (Referencia)

Aproximadamente 6.000 niños nacen en el Perú con defectos cardíacos que que se encuentran, y 3.000 de ellos necesitarán intervención quirúrgica a los tres años de edad para que puedan sobrevivir. La especialidad cardíaca del Perú tiene actualmente la capacidad anual de realizar cirugías en aproximadamente 750 niños con formas menos graves de defectos cardíacos congénitos. Debido a que la necesidad insatisfecha excede en gran medida a la capacidad, el número de pacientes jóvenes con necesidad insatisfecha crece cada año en forma dramática».

Ahora se piensa responder a ese problema valiéndose de los métodos de entrelazados antiguos y tradicionales, como se escribió anteriormente en Cuzco Eats.

(Referencia)

Usando un interesante «metal de memoria» llamado nitinol, las mujeres de los Andes se valen de las antiguas técnicas de entrelazado para crear «oclusores» (occuldars en inglés) que actúan como un tapón para los agujeros que no han podido cerrarse en el corazón de estos bebés. Desarrollado por el cardiólogo boliviano Franz Freudenthal, los oclusores son guiados a través de los vasos sanguíneos hasta el agujero, donde se activa el nitinol.

Los dispositivos no pueden ser producidos en industrialmente en gran escala ya que deben ser tejidos a mano usando las maneras antiguas de entrelazar fibras. Esto proporciona la forma adecuada – una especie de trampa de dedo chino o “pesca gringos,” como lo llaman en México, que se mantendrá en su lugar para el resto de la vida del niño.

Combinando formas antiguas con métodos y materiales modernos, se salva la vida de más niños con un costo mínimo.

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