CelebraciónComentario

Un Complejo de actividades y perspectivas diversas, la Semana Santa en Cusco

La Semana Santa en Cusco forma un tejido de actividades con muchos hilos: los de los eventos organizados y celebrados en las iglesias de la ciudad, los de la organización cívica, los mercados y negocios de la ciudad y los de los individuos y familias del Cuzco. Juntos forman una manta festiva densa y firmemente tejida en la cual, a pesar del poder de la Iglesia, no puede haber un solo hilo que sea esencial.

Esto es cierto, aunque si se observa el calendario de acontecimientos publicado por la archidiócesis, sólo se ven los acontecimientos intramuros que la Iglesia otorgue prioridad, como si pudieran ser verdaderamente destejidos. Sin embargo, esa separación por definición se supone esa publicación.

Las personas que visitan la ciudad verán muchas más cosas realizadas con gran pasión por la ciudad y la gente de la región. Aunque están entrelazados con la Iglesia, también son potencialmente separables como extramuros, folklóricos, o incluso religión popular, aunque estos términos casi nunca son pensados por aquellos que viven y experimentan Semana Santa en la ciudad

Verá que las puertas de las iglesias así como las calles ordinarias se convierten en mercados en los cuales vendedores y artesanos ofrecen las hojas de palmeras, las cruces hechas de las palmeras, y los augurios de la buena fortuna tales como el trigo. Estos pueden ser llevados a las iglesias para ser bendecidos con agua bendita, o simplemente pueden ser llevados a casa como una forma de traspasar el poder de la fiesta a la casa y acompañar el hogar con sacralidad durante todo el año ya que serán colocados en las puertas y paredes para traer el santo.

A Palm Cross for Holy Week

Además, la gente obtiene cruces de cactus para poner sobre sus puertas en sus hogares. Estos se conectan con el paisaje local y su santidad, tal vez, más que con la Iglesia.

Especialmente para el Lunes Santo, los recolectores y vendedores traerán las flores rojas que han cosechado en el campo circundante, las flores ñuqchu, para ser usados como ofrendas al Señor de los Temblores. Las flores que caen de él serán reunidas por la gente que observa la procesión del Señor para llevar a casa con ellos.

Podemos llamar a estos índices de lo sagrado aunque se refieren a diferentes fuentes de lo sagrado la Iglesia, la tierra, la sociedad, o la Santa figura del Señor.

Pero hay más. Los mercados también se llenan con pasteles especiales para Semana Santa que son típicos del Cusco, como la famosa empanada, así como los maicillos, rosquillas, suspiros, condesas y panes de jurqa. Se compran para comer en casa en reconocimiento a la Semana Santa, pero también son típicamente cusqueños por lo que cuando la gente viaja durante este tiempo los llevarán a compartir con amigos y parientes en otras ciudades.

La gente también sube a las cerros en devoción, una especie de peregrinación en la que los jóvenes se hacen flagelar como Cristo.

En sus hogares comen los doce platos de la Semana Santa el jueves en memoria de la muerte de Cristo en la cruz, y el viernes comen frutos del mar en cuenta de carne, antes de reunirse como una familia el domingo para pasar tiempo juntos y celebrar la resurrección con sus seres queridos como familia.

En síntesis, Semana Santa incluye muchas actividades de las que solo una pequeña parte se realizan en la iglesia, aunque como un complejo permite que los cusqueños se entrelacen con el evento donde quieren. Pueden estar centrados en la iglesia o tal vez no le prestan ni mínima atención aunque celebren la fiesta con sus tres bases, la iglesia, la naturaleza, y la sociedad.

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