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La historia de Bernardo y su encuentro con un duende

Muchas historias sobre objetos de oro con un gran valor monetario circulan por los pueblos de la sierra. Figuras como el macho y los duendes que son guardianes de secretos, tesoros y maldiciones.

La suerte y la fortuna de vez en cuando dan dicha a cualquier hombre que esté en busca o por casualidades de la vida se tope con uno de estos. Se dice que los duendes y machos vivían en las huacas o cuevas protegiendo sus tesoros.

Es así que hace unos 50 años las construcciones de viviendas se podían hacer en cualquier lugar, ya sea suelo suave o rocoso. Bastaba tener un poco de pólvora y dinamita para poder volar las rocas y empezar con la construcción.

De ésta forma se topaban con riquezas ocultas bajo las rocas, pero eso si todo ésto venía con maldiciones y pruebas. Los que encontraron estas riquezas no vivieron mucho para disfrutarlas. Los hijos y familias de estos se vieron beneficiados.

Cuenta la historia que Bernardo era un poblador común y corriente, que se dedicaba a la agricultura junto con sus dos hijos y su esposa. Como es tradición cada cierto tiempo había fiestas donde se podía disfrutar de comida y bebida.

Todo el pueblo se encontraba en fiesta y después de beber mucho les daba ganas de ir al baño. Simplemente lo hacían al aire libre. Uno de los amigos de Bernardo salió fuera de la fiesta y se acercó a una roca para orinar. Bernardo después de un momento salió también y se dio con la sorpresa de que su amigo estaba siendo arrastrado hacia el fondo de un hueco que se había abierto en la tierra.

No dudo en ir a ayudarlo. Jalo con todas sus fuerzas para ayudar a su amigo. Lograron salir del aprieto y de pronto la tierra se cerró. Llevó a su amigo dentro de la fiesta y lo puso a descansar. No avisaron nada a las otras personas para que no entren en pánico.

Bernardo salió nuevamente para ver que era exactamente lo que pasó. De pronto desde lejos visualizo a una criatura que tenía parecido humano. Se tratada de un duende enfurecido gruñendo. Lastima para el duende ya que estaba siendo observado, de pronto se dio vuelta y se topó con Bernardo. Se abrió un hueco en el suelo y el duendo escapo dejando atrás el tesoro que cuidaba.

Lo que paso fue que en esa roca vivía un duende y al orinar sobre ésta, el duende se había enfurecido y se quería llevar a su cueva a aquella persona que había hecho tal acción. Bernardo se quedó con el botín y nunca más se volvió a saber del duende.

De esta forma muchas personas tienen el temor de encontrarse con estas figuras, y cuidan de que nadie haga daño a las huacas y piedras que poseen en sus pueblos.

Brayan Coraza Morveli

Soy completamente cusqueño. Mi profesión es analista de sistemas. Me encanta escuchar y tocar la música andina tanto como bailar break. Me gusta también compartir mi experiencias como cusqueño con gente de otros lados. Una de mis metas es llegar a conocer mi cultura más profundamente y compartirla ampliamente con gente de otras generaciones tanto como con hermanos y hermanas de otros lados de nuestra planeta.

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