No hay como la palta nativa
Caminado de subida por la por la av. De la Cultura a la altura de conjunto habitacional Mariscal Gamarra nos encontramos con una casera que vendía en su triciclo una variedad de frutas: piña, plátano, papaya, chirimoya, manzanas, mandarinas, naranjas entre otros frutos. Pero además ella ofrecía palta nativa.
Mi gran amigo David que siempre nos visita se emocionó al ver esta variedad. Dice él que en los Estados Unidos esta palta no se encuentra así nomás. Insiste los sabores de las paltas que encuentran ahí son desabridas y muy conocidas. “Compremos uno para probar”, dijo. La casera, bien arreglada con su pelo trenzado como de las mamitas de antaño y con su mandil colorido, nos dijo que la palta nativa recién le había llegado de Abancay, también dijo que estaba cremosita y tenía buen sabor.
Le pedimos una palta de 3 soles. Nos dio a escoger entre una variedad de tamaños. David dijo que sea una madurita para comerlo en el momento. La casera escogió, sintiendo en sus manos y nos alcanzó la que le pareció mejor para que al día siguiente pudiéramos probar la palta.
Estaba cremosita como la casera nos adelantó, dijo David satisfecho. Que rico sería preparar con esta palta un buen guacamole.
En el Cusco también venden una variedad de platos con palta, pero ya no se utiliza mucho esta variedad. Esta palta nativa va desapareciendo con el pasar de los años.
Cuando era niño y acompañaba a mi madre al mercado, se veía más de ésta variedad en los puestos de venta. Ahora ya no se ve como antes. Pocos lo piden y solo los que conocen de una buena palta degustan su sabor
La palta nativa es de un sabor delicado, el color de su pulpa es como de un limón maduro, verde claro, y en el interior como núcleo tiene una pepa circular como su apariencia. La cáscara de esta palta es oscura como un café bien cargado. Es más dura y más frágil que las demás variedades como la palta fuerte o la palta Hass que son las que ahora más se encuentran.
Esta palta llega al Cusco desde Abancay. En los mercados tradicionales de la cuidad como, San Pedro, Wanchaq, Ttio y Cascaparo, como también en tiendas de abarrotes y súper mercados ya no se ve mucho esta variedad nativa.
El hecho de que este fruto sea más frágil en comparación a las demás variedades. Da razón para que su precio también es un poco más elevado que las demás. Claro que lo expenden según al tamaño. Los pequeños que caben en la mano de un niño de 10 años cuestan de 2 soles a 2. 50 y las más grandecitas que caben en la mano de un hombre adulto llegan a costar entre 3 a 3.50 la unidad.
Comer una buena palta acompañando algún plato con arroz y fritura es una delicia, por ello probar la variedad de paltas que se expenden es Cusco es fantástico, cada una tiene un sabor distinto algunas son blandas y cremosas, también hay duras y dulces, pero en los mercados se encuentra más la palta fuerte y las paltas pequeñas sin pepa.
El sabor de una palta nativa es deliciosa y delicada. Se puede preparar al igual que las demás en diferentes platillos o también se puede comer con un toque de sal sin ningún acompañamiento.