Música

Cusco, Músicos en tiempos de pandemia

El sector artístico musical en la ciudad del Cusco se ha visto duramente golpeado por el paso lento del covid 19, la crisis ocasionada por la pandemia ha forzado a las bandas tradicionales de música detener todas sus actividades, fuente principal de sus ingresos económicos. 

Los músicos, quienes trabajan en diferentes festividades y eventos durante el año, no cuentan con sueldos fijos, seguros de salud y/o beneficios puesto que la mayoría son informales.

Por esa razón, después de una larga espera debido a las restricciones impuestas por el estado, tuvieron que reinventarse y salir a la calles para hacer lo que más les gusta, llevar hermosas melodías a las personas en tiempos de pandemia y de esta forma ganarse el pan de cada día.

Deja abierto las ventanas y balcones para deleitar a los oídos con música en vivo que se oye desde las calles, la música no cura una pandemia, pero armoniza y alegra el alma para mantener la calma en esta situación que se siente por la pandemia.

En los barrios, avenidas y calles del Cusco la música se escucha por diferentes instrumentos. Las alegres voces que acompañan los instrumentos hacen sentir que no hay mal que dure para siempre. 

El arte en general y sobre todo la música con todos sus géneros, se ven dominados por el paso lento del Covid – 19. El miedo en las personas de contraer este virus, las medidas de prevención y las alarmas fuertes que viene dejando a su paso, ha reducido a cero los espectáculos en vivo.

Ahora comprendo que la música es un respiro para que uno se sienta mejor en el paso de la vida. Con todo lo que acontece en estos tiempos, se extraña los conciertos y la música en vivo que se ofrecían en los diferentes restaurantes, bares y  discotecas de nuestra enigmática Ciudad.

La probabilidad de que los músicos puedan volver con normalidad a sus actividades es distante, ya que todo su trabajo implica la interacción continua con una cantidad de público presente.

A pesar de que se vienen reinventando, ya que solo queda innovar o morir en la espera de que pase este virus. Se han visto obligados a salir a las calles con sus instrumentos y sus altavoces que los acompañan en su recorrido diario, llevando música en vivo hasta las puertas de nuestras viviendas y alegrandonos el día por momentos con su arte. Hay músicos que buscaron otras ocupaciones laborales ya que el ingreso económico es necesario  para poder llevar alimento a sus familias en sus hogares. 

Caminando bajo el sol irradiando su brillo y seguido por las nubes blancas, me encontré con dos músicos profesionales, Marco Muños Ayala y su compañero Pedro. Por las inmediaciones del barrio la Florida en el distrito de Wanchaq, se oía desde lejos su música y sin siquiera verlos, la melodía de la trompeta interpretando un tema conocido de la agrupación Mexicana Maná (rayando el sol) me guió hasta ellos.  

Me quedé escuchando el tema completo con el corazón bailando y en la mente cantando, al terminar el tema me acerque a colaborar con un aporte voluntario por los gratos sonidos, mientras Marco pasaba con su gorra recogiendo las propinas que dejaban las personas desde los carros, las casa y la gente que transitaba. 

Pedro hablaba de la aceptación de la gente y su apoyo. Fue por necesidad, en realidad, al principio Marcó yo teníamos un poco de vergüenza de salir a las calles a manguear, lo veíamos hasta cierto punto como pedir limosna, no es que este mal, pero nosotros somos estudiantes de música de forma profesional, entonces por qué  tener la necesidad de salir a las calles, no teníamos la costumbre, pero hemos salido a disfrutar de nuestro trabajo y que la gente nos apoye de una forma voluntaria. 

En el Cusco las personas nos permiten llevarles nuestra música variada para todos los gustos, no se enojan de nuestra forma de trabajar, más aún nos aplauden y hasta cantan algunas veces con nosotros, creo que esta pandemia nos ha concientizado a muchas personas y solo nos queda ayudarnos los unos a los otros. La música es un trabajo que se hace por amor y no por supervivencia, es una vocación es una historia de amor por el arte concluyó.

Es cierto que a algunos músicos les ha tocado el bono que brinda el estado peruano por esta pandemia, pero también hay a quienes no les ha tocado nada, pese a que en varios lugares del país se han organizado solicitandolo.

Los músicos fueron los primeros a quienes se les cortó el trabajo y al parecer van a ser los últimos en volver a salir a los escenarios. En esta realidad envuelta de incertidumbre todos podemos aportar de una manera positiva cuidándonos los unos a los otros, siendo solidarios, respetando los protocolos y las medidas de protección.

En cualquiera de los casos, si las cosas son más difíciles que antes, toca trabajar más. Difícil no significa imposible, hay que pensar que en un momento todo va a florecer de nuevo y que la música siempre es bienvenida en nuestras vidas.

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