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La Pitahaya o Fruta del Dragón

Se dice que cuando los españoles llegaron a Latinoamérica vieron de forma silvestre este fruto y la denominaron “pitaya” que significa fruto escamoso. Más adelante por sus escamas y el color lo denominarían la fruta del dragón.

Actualmente ésta fruta está volviéndose muy popular y se cultiva cada vez en más partes del mundo. Diferentes son las variedades de Pitahaya, en las zonas tropicales de Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú, Venezuela y la zona centroamericana se cultiva la variedad amarilla.

La fruta del dragón es de la familia de las cactáceas o suculentas. Su pulpa es blanca y puede llegar a ser media rojiza cuando está madura. contiene pequeñas semillas negras y es suave y cremosa con un aroma delicado y suave.

Es usada comúnmente como fruta decorativa por la belleza que posee esta fruta. Además tiene buen contenido de vitaminas y nutrientes, pero al igual que otras frutas también posee beneficios medicinales cuando se consume. Puede ayudar como digestivo y para el estreñimiento. El consumo habitual de esta fruta ayuda a evitar la retención de líquidos de nuestro organismo.

También es un buen complemento para apoyar a las dietas y tratamientos contra la obesidad. Comer frutas ayudan a nuestro organismo por las vitaminas y nutrientes. Es momento para probar algo diferente y saludable.

El gobierno está invirtiendo en proyectos para cultivar este producto. Muchas de las frutas de la selva del Perú son estacionarias, se está viendo la necesidad de cultivar la fruta del dragón y los agricultores puedan ofrecer también este producto para satisfacer las necesidades del mercado. Cada vez más personas están conociendo esta fruta y están disfrutando de su sabor y beneficios que posee la Pitahaya o Fruta del Dragón.

Brayan Coraza Morveli

Soy completamente cusqueño. Mi profesión es analista de sistemas. Me encanta escuchar y tocar la música andina tanto como bailar break. Me gusta también compartir mi experiencias como cusqueño con gente de otros lados. Una de mis metas es llegar a conocer mi cultura más profundamente y compartirla ampliamente con gente de otras generaciones tanto como con hermanos y hermanas de otros lados de nuestra planeta.

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