Se cree que el maní se originó cuando los viajeros habrían traído la planta Arachis duranesis (nativa de las montañas andinas) a un lugar donde Arachis ipaensis crecía. Las dos plantas cruzaron en un raro evento genético y formaron lo que se convertiría en el maní moderno.
Encontrar esta historia de origen fue la pasión de muchos botánicos. Creían que la planta madre Arachis ipaensis estaba extinta, hasta que la encontraron cultivada cerca de una pequeña comunidad en Bolivia. Por eso ahora creen que el maní se originó en la porción sureste de Bolivia, aunque las fronteras de las naciones no tienen nada que ver con su surgimiento.
Estas dos plantas simples se cruzan por polinización, formando un alloploide, un organismo más complejo, pero el organismo resultante no ganó la capacidad de caminar.
¿Cómo lo hizo entonces? Pues, la horticultura se apoderó de los seres humanos y las plantas se intercambiaban y crecían en diferentes áreas. Esta historia de viajes; la toma del mundo por un cruce casual relativamente oscuro de dos plantas no descritas anteriormente es la historia más interesante.
La historia del nacimiento es una maravilla, pero la verdadera historia radica en lo que ocurre después, en la adopción de los cultivadores, los movimientos e interacciones de las poblaciones y los grandes contextos culturales en los que se desarrollan el viaje del maní.
De Bolivia, la siguiente página que se ha encontrado es donde la planta se presenta en Perú, en la época pre-cerámica. La evidencia del uso del maní ha sido encontrada en «pisos sellados y hogares en sitios precerámicos enterrados en un bosque tropical seco del valle de Ñanchoc, afluente del valle del Zaña ubicado a 500 m sobre el nivel del mar, Andes en el norte de Perú «. (Referencia)
La evidencia de la agricultura – azadones de piedra, parcelas de jardín, junto con la presencia de maní y otros cultivos da un vistazo tentador a la vida en los Andes hasta 10.000 AC (AC es un tiempo de datación de carbono – lo que significa antes de presente. (Se fija el “presente” en 1950, cuando la datación del carbono comenzó a ser utilizada).
La gente estaba en interacción y compartían ideas y cultivos con otras personas a miles de kilómetros de distancia a través de los Andes y las tierras bajas.
Estas redes de comunidades que compartían nueva información y traían nuevos cultivos continuaban desarrollándose y prosperando. Ese crecimiento ha llegado a nuestros días, ya que las personas llevaban consigo plantas del «Nuevo Mundo» al «Viejo Mundo» y viceversa. Mientras que una planta puede parecer estática, en la gente que lo cultiva encuentra piernas, alas y aletas que lo llevan por todo el mundo.
Colin Khoury, en colaboración con el CIAT (Centro Internacional de Agricultura Tropical) afirma que «los cultivos globales y extranjeros constituían el 69% de los alimentos y la producción agrícola del país».
Para una estimación visual de lo que significa, haga clic aquí.
El maní se ha convertido en un pilar de la vida en los Estados Unidos, donde es la 12ª cosecha agrícola más importante. El maní también se han vuelto importante en África, donde los “ground nuts” (como el maní se conocen allí en inglés) es una fuente importante de proteínas y placer en las dietas. El maní aparece asimismo en Tailandia, donde se añade a una variedad de platos.(Referencia)
El maní, cuyo origen se encuentra en los Andes y cuyas cáscaras se han encontrado bajo piedras de hoguera en hogares en Perú hace miles de años, ha recorrido el mundo y se ha convertido en un importante miembro de la comunidad de la vida.
Http://science.sciencemag.org.ezproxy.uvu.edu/content/316/5833/1890.full
