Un par de toritos de cerámica se paran en el medio de la mayoría de los tejados del Cusco, como si estuvieran en la cima de una colina, mirando hacia los pastos ondulados de tejas anaranjadas que se inclinan hacia abajo. Esta poderosa imagen es de buena suerte y protección para la casa y las familias que la habitan.
Esta tradición proviene de la época de los incas. Se basaron en imágenes de alpacas a las que llamaron illas. Estas alpacas tenían un agujero en el lomo donde se podía poner grasa de alpaca y luego enterrarlas en la tierra para obtener protección para su agricultura y una buena cosecha. También utilizaban las illas para proteger sus rebaños de alpacas y llamas, así como para garantizar su reproducción. Illas en forma de casas también se utilizaron para proteger los edificios para que fueran seguros y duraderos.
Se han hecho hallazgos de illas en nuestra ciudad. Dichos hallazgos se pueden observar en el museo inca de la universidad san Antonio abad del cusco, los residentes del cusco entran libremente mostrando su documento de identidad y para visitantes el costo es de 10 soles. Allí podemos ver las tres clases de illas que utilizaban en el apoca inca.
Con la llegada de los españoles, la gente de la ciudad del Cusco cambió la forma de las illas, cambiándolos por los toros de Pucará. El nombre Pucará proviene del lugar donde comienzan a hacerse estos toritos de arcilla. Pucará se encuentra en los amplios pastizales del altiplano, el altiplano de Puno, al acercarse al paso de La Raya desde el cual desciende una carretera al Cuzco. La zona de Pucará es famosa por sus rebaños de ganado vacuno, ovino y especialmente las llamas y alpacas nativas.
Los pastizales altos siempre han tenido una importancia simbólica para los cusqueños porque de ellos salieron los pastores de camélidos (llamas y alpacas) así como gran parte de las papas liofilizadas, el chuño y la moraya, que eran importantes reservas alimenticias.
De la también vinieron la pareja fundadora Manco Capac y Mama Ocllo, según una de las dos versiones de la historia de origen de los incas. La historia relata cómo viajaron desde el lago Titicaca que está en el centro de esos pastizales, y que también fue el centro de una de las civilizaciones preincaicas más importantes, la de Tiwanaku.
Pucará fue un sitio importante donde se desarrolló la forma norteña de la civilización Tiwanaku. Esto también puede influir en el valor que la gente le da a los toritos o toros de Pucará.
Esta zona de pastizales y lagos también es importante para un conjunto de historias preincaicas sobre el héroe Thunupa, quien también está relacionado con el rayo y es asimilado a veces al gran dios Viracocha y a veces a Illapa, el dios del trueno y el relámpago. Pucará se convirtió en un importante centro de alfarería de amplia distribución. Curiosamente, un centro de alfarería más cercano a Cuzco, Raqchi, también está asociado con Thunupa, Viracocha e Illapa. Fue el sitio del gran templo de Viracocha construido por los incas.
En cualquier caso, estos toros de cerámica se dirigen al Cuzco donde, más que arte popular, son importantes protectores y portadores de buena fortuna para las casas y edificios que habitan los cuzqueños. La gente los ve como una fuente de felicidad y bienestar para las personas que los integran.
La gente coloca dos toros en medio de la parte más alta de la casa. Miran en la misma dirección que las casas y entre ellas se levanta una cruz, tanto un símbolo cristiano como algo relacionado con Illapa, el dios del trueno, banderas y gallos de metal. Generalmente se colocan cuando las casas están terminadas pero antes de que la gente comience a vivir en ellas.
Los más comunes son los toros de color terracota natural adornados con blanco y rojo violáceo en el pecho mientras que en la cabeza se encuentra el verde. Tienen la expresión de un toro majestuoso y noble y llevan el vigor y el poder de estos animales.
Los alfareros que hacen estos toros son muy hábiles. Los hacen con muchos detalles y con colores distintivos para que los toros destaquen. Puedes comprar estos toros en las ferias de los sábados por la ciudad. También se encuentran en los mercados de la ciudad. En cualquiera de los dos puedes encontrar los Toros que más te gusten.
Los toros de Pucará son muy conocidos. Se realizan concursos para que los alfareros vean quién puede hacer los mejores toros. Los alfareros responden con magníficos toros realizados en barro, pero con detalles en oro o plata. Los mejores de estos son reconocidos en todo el mundo como elementos importantes del arte popular y encuentran lugar en muchos museos de todo el mundo.
Se ha abierto un mercado para estos toros como decoración para el interior de las casas y como representación del pueblo peruano. Los artistas ahora exploran y desarrollan su potencial artístico.
El lugar está encima de los tejados del Cuzco. Allí están entre la casa y el cielo. Con sus bufidos, sus cascos y sus bofetadas, traen una mirada atenta y se preocupan por los que viven dentro.
