Historia

Historia de la salvación de un alma en pena

En la comunidad de la Layo de la provincia de Canchis, en los años de 1960, se escucharon rumores de la existencia de un ser que andaba de noche rondando la comunidad. La gente al principio no le tomó importancia, decían que eran simples habladurías, hasta que un día una de las mujeres por la mañana muy temprano, al momento de prender el fogón para preparar su desayuno, encontró dos dedos con sangre de un bebe de aproximadamente 7 meses.

Sorprendida ella corrió a avisar a sus vecinos, pero ellos no le creyeron y para comprobar lo que decía, fueron inmediatamente a la casa de la mujer. Al ver toda esa escena los comuneros se organizaron y empezaron a hacer guardias de noche y de día, para poder atrapar a ese ser.

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Pasaron 5 días y no hallaron absolutamente nada, el sexto día una mujer de otra comunidad (Qollapurco) llegó a la comunidad de Layo en la tarde y con llanto contó a los pobladores que su bebe de apenas 3 meses había desaparecido en un descuido de ella. Al escuchar esto, los pobladores se volvieron a organizar nuevamente, ya había otro motivo para encontrar a ése condenado.

Los comuneros se dividieron en grupos de 10, se dirigieron hacia un cerro donde había exuberante vegetación y allí, cerca del atardecer usando linternas y mecheros encontraron un machay (cueva de piedra), cuando ingresaron vieron sentada a una mujer que tenía el cabello muy largo que le cubría toda la cara, de pronto se levantó y grito tan fuerte que con el eco, su voz se escuchó en la montañas. De pronto todos muy asustados empezaron a correr en dirección de la comunidad, para contar a los demás lo ocurrido en la cueva.

Al día siguiente volvieron al lugar donde vieron a la mujer, pero esta vez más organizados con palos y sogas, al llegar entraron a la cueva, pero no encontraron a nadie, sí encontraron marcas de sangre en el piso.

Con todas estas pruebas hicieron la denuncia respectiva en el centro policial, ahora todos tenían que tener más cuidado y proteger a sus hijos. Todas las comunidades aledañas se enteraron de lo sucedido y el temor creció más y más.

A los siguientes días, un grupo de ganaderos que regresaban a la comunidad arreando ganado, montados en mulas, en el camino se encontraron con una mujer que estaba sentada en el medio del camino, uno de ellos se bajó y le pregunto, que hacia tan sola en ése lugar. Ella no respondió nada, al ponerse de pie, se dieron cuenta que era la misma mujer de la que todos hablaban, con el cabello muy largo y que la cabeza y los pies estaban al revés, mirando hacia el otro lado, entonces todos los arrieros se dieron cuenta que era un condenado.

Se bajaron de sus mulas y con sus sorreagos, la rodearon y la golpearon, repitiendo la siguiente frase : “Dios te perdone alma bendita”, tanto la azotaron que de pronto la mujer se convirtió en una paloma blanca y se fue volando, al fin sus alma había pagado todos sus pecados y había sido salvada. Al enterarse los comuneros de lo sucedido la tranquilidad volvió a sus vidas. de lo sucedido, la tranquilidad volvió a sus vidas

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